Aquí el tiempo es transparente
14.11.25 – 04.12.25
Inauguración: 14.11.25, 18h-22h
mono lisboa
Rua Feio Terenas, 31 a
1170-176 Lisboa
El próximo 14 de noviembre a las 18h Sant Andreu Contemporani inaugura Aquí el tiempo es transparente, una exposición comisariada por Jule Kurbjeweit que explora cómo la memoria, la historia y el paso del tiempo se manifiestan en el presente como materia viva que reverbera a través de cuerpos, paisajes y objetos. Participan Ot Boltà, Mariona Cañadas y Pedro Murúa, Anna Roura y Eduard Ruiz.
La historia nunca es verdaderamente pasada, sino que continúa resonando en el presente, tanto como una herencia difícil que nos marca, como algo precioso que merece ser recuperado. El tiempo, aquí, es estratificado y poroso.
A través de prácticas que combinan ecología, arqueología, tecnología y artesanía, los artistas participantes examinan cómo los rastros del pasado permanecen activos hoy. La exposición invita a desarrollar una sensibilidad temporal ampliada, en la que los tiempos humanos y más-que-humanos se entrelazan.
Como un álbum familiar o atlas de imágenes con múltiples capas, La reverberació d’un record (La reverberación de una memoria) nos invita a recorrer no solo de izquierda a derecha, sino también a través de capas de asociaciones que se abren detrás de cada imagen. Anna Roura explora cómo la memoria resuena entre generaciones, transformando la rememoración personal en cadenas oníricas de recuerdo que atraviesan diez vidas. Su trabajo sugiere que el pasado nunca es inerte, sino que se reactiva continuamente a través de la narración y la imaginación: un hilo vivo que une historias invisibles con el presente. Aquí, el tiempo se convierte en eco, en resonancia: no algo que pasa, sino algo que vibra dentro de nosotros.
La supuesta linealidad del tiempo encuentra a menudo su arquetipo natural en los ríos, metáfora del flujo hacia adelante del tiempo. Sin embargo, en Vermellós (Rojizo), Ot Boltà pone en cuestión esta idea, sugiriendo que incluso esa linealidad es densa y estratificada. Siguiendo el curso del río Llobregat a través de veintiocho localidades, sumerge piezas de tela blanca en sus aguas. A medida que absorben pigmentos, sedimentos e historias, estos tejidos se convierten en registros táctiles de lugar y duración. Acompañada de grabaciones sonoras de cada punto, Vermellós revela el tiempo no como línea, sino como un proceso poroso y acumulativo. El río se transforma en un archivo vivo, cargado de memoria.






