Salva G. Ojeda

La imagen culturista

Este proyecto pone en relación la preocupación formal de los culturistas en torno a la definición de los músculos y las tecnologías que lo hacen posible, junto con las tecnologías de la imagen en la era de la alta definición. Ambas cuestiones son excusas y puntos de partida para la realización de una escultura que quiere entender la imagen como material, deshacer la virtualidad asociada a ella y devolverle la pobreza que nos recuerda de las imágenes su origen, el que la alta definición les ha quitado. Se sitúa en una posición crítica en torno a los usos que hoy tienen las imágenes, buscando otros nuevos, como diría Andrea Soto, disponiéndolas en otros espacios. Este trabajo está inoculado por pensadoras como Marta Azparren, Andrea Soto o Maria José Monzain, que, siguiendo la estela de autores ya muy conocidos, están levantando nuevas formas de entender la imagen, de mirar, de recuperar el poder sobre ellas.