29.10.25 – 14.11.25
Inauguración: 29.10.25, a las 19h
Abierto solo con cita previa
Comisaria: Marta Sesé
Artistas: Leo Burge, Mar Cubero, Pau Masclans, Tura Sanglas
El miércoles 29 de octubre a las 19h Sant Andreu Contemporani inaugura en Espai Souvenir No amago res a les butxaques, una exposición comisariada por Marta Sesé con la participación de Leo Burge, Mar Cubero, Pau Masclans y Tura Sanglas.
Sacar los bolsillos de los pantalones para demostrar que no hay artificio, que no hay trampa. O bien porque ya te has deshecho de tus trucos o bien porque, verdaderamente, nunca hubo nada en esos bolsillos. Esta propuesta expositiva, que reúne obras de Leo Burge, Tura Sanglas, Pau Masclans y Mar Cubero, muestra trabajos cuya tensión se encuentra precisamente en lo que existe entre la presentación y la representación, entre el artificio y la crudeza.
«Dos elementos de chapa moldeada, uno a la derecha mostrando el anverso pintado con esmalte, color avellana claro. El otro a la izquierda mostrando el reverso en estado crudo», con esta concreción y transparencia (o quizás opacidad, pues la transparencia apunta aspectos más bien invisibles, que pueden ser escondidos) introduce Leo Burge su trabajo Construcción moldeada (crudo y avellana) (2025). Mostrando el verso y el reverso que surge de un mismo proceso escultórico, Burge pone el énfasis en la idea de que, precisamente, «lo que ves es lo que hay» con una propuesta que más que representar, presenta. Quizás cabe preguntarse si, curiosamente, este nivel de obviedad, esta falta de artificio, puede ser una fuente de desconfianza en un contexto en el que, a menudo, se espera que las obras sean propositivas y complejas tanto desde su conceptualización como desde su formalización.
Encontramos una cierta analogía formal en la propuesta Revers (2024) de Tura Sanglas, «una pieza simétrica que habla sobre la relación entre realidad y percepción, y de la simetría entre realidad y representación» como menciona la propia artista. En este caso, aun así, existe cierta ambigüedad entre lo que se presenta y los mecanismos de su representación. La pieza juega a la confusión de la percepción: la sensación es que se trata de un plano curvado, como si fuera una filacteria o un pergamino, pero no hay ninguna curvatura en la plancha, todo son planos y ángulos agudos. El efecto de espejo que propicia el material refuerza todavía más el espejismo y la sensación de que, en este caso, lo que vemos no es exactamente lo que es.























